Los pedazos con los cuales está formada nuestra vida
Recientemente subí una frase en la cuál el que la escribió daba gracias a todas las personas y visicitudes que se le presentaron porque eso lo habían ayudado. Cuando lean ésto va a parecer como menos romántico, pero (siempre hay un pero) no lo es, o por lo menos no lo es para mí desde mi experiencia, la cual es intransferible claro está, pero que no quiero ni puedo dejar de compartirla con ustedes, porque puede ser que de algo les sirva.
"Cumplir años es envejecer, crecer es otra cosa". ¡Y me vengo a dar cuenta justo ahora! Por lamentable que parezca cualquier crecimiento se produce cuando el organismo se estresa y se activan una serie de mecanismo para protegerlo los cuáles dan como resultado que ese organismo cambie su configuración para poder adaptarse al nuevo ambiente o fenómeno al que está expuesto. Cuando lo leemos parece hasta fácil pero no lo es, esos mecanismos (cuando uno no es humano) son activados de manera natural en determinado momento, digamos que esos seres vivos están programados para hacer eso. Si sos un humano (y estás leyendo ésto) no es tan simple. Nuestros mecanismos adaptativos son diferentes y no se activan de manera automática, o por lo menos no lo hacen ante un problema de la vida cotidiana como por ejemplo la perdida de un trabajo o la ruptura de una relación de muchos años. Son cosas para las cuáles no tenemos en nuestro código genético un programa que dice: "uy que macana se peleó con la novia, activemos el modo sobrevivir ruptura", no, eso no pasa así y acá es justamente donde comienza a jugar lo individual de cada uno, hay gente que se recompone más rápido y otras que le dura más tiempo, hay quienes toman eso como una oportunidad y como parte del curso natural de las (tantas) cosas que nos pueden suceder a lo largo de nuestra vida y otras que les cuesta más entender ésto y se quedan pegadas a ese evento.
La capacidad de capitalizar cierta vivencia y reconfigurarla para asimilarla y transformarla en un aprendizaje es algo que nos deben enseñar, nadie lo nace sabiendo (o por lo menos no conscientemente), hay personas que debido a su ontogénesis están mejor adaptadas a ciertos cambios y otras que no. Eso es azaroso ya que entran miles de factores para que alguien sea de determinada manera, en definitiva es suerte que estemos mejor preparados o no, pero lo que no es suerte es poder aprender de lo que nos pasa. Sin embargo aquí hay un gran problema (y para mí el más inexplicable tal vez por ahora) que es que: determinadas personas las cuales se encuentran en una situación difícil la cual no pueden asimilar buscan algún tipo de ayuda, buscan una guía para poder salir de ese berenjenal en que el que se encuentran y están dispuestas a pasar por el tránsito de lo que ese proceso implica, pero otra buena parte no quiere hacerlo, no le interesa o hasta se justifica pensando que lo que le pasa es por culpa de los otros o la situación o miles de cosas.
Creo que es un punto en el cual no podría dar alguna respuesta para la parte de la población de esa gente que no busca ayuda, así que no ahondaré más en eso. Esto que escribo se orienta a esa porción que estando mal y hecha trizas sigue buscando un oasis en el camino donde detenerse y reconstruirse aún mejor de como era antes, es para esas personas que oriento el presente escrito y todo mi esfuerzo consciente.
Las vicisitudes de la vida son tan comunes como la vida misma. Aunque la muerte nos parezca algo insólito y nos deje atónito, aunque la enfermedad la veamos como un castigo o un padecimiento, aunque la pérdida la contemplemos estupefactos, todos esos eventos dentro de lo que llamamos "vida" son fenómenos tan comunes y corrientes como lo puede ser que en nuestra jornada laboral un compañero falte al trabajo. Son extrañas e indigeribles para cada uno en particular, porque cuando eso le sucede a otro a veces llegamos a pensar "cosas que pasan".
Todas ellas tiene una cosa en común, son incontrolables, no le podemos decir que esperen un poco para cuando estemos listos, solamente suceden, así sin más, sin aviso previo, con esa falta absoluta de piedad, hasta con impunidad, pero eso no importa, lo que importa es que pasa. Y ahí es cuando el mundo se hace añicos y nos encontramos mirando hacia todos lados perdidos. Es aquí donde el camino del buscador se despliega en toda su condición, sin este evento que nos desnude probablemente seguiríamos como si nada, viviendo una vida normal, sin preguntarnos nada de nada, sin tratar de ver si hay otra cosa.
A aquellos que llegaron hasta aquí y se encuentran en ese estado y van a iniciar un camino les dejo una frase: "agradécelo todo, absolutamente todo". Nunca vamos a saber por qué las cosas están pasando, los orígenes son invisibles dice mi maestro.
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